Un Giro como un perro verde

Source: Velonews

Hoy tendríamos que haber vivido una etapa mítica, con la carrera italiana subiendo por primera vez el Gavia y el Stelvio. Dos colosos de este deporte en la misma jornada. Y sin embargo nos hemos quedado sin nada, ni siquiera el Tonale y otro puerto improvisado de la zona como aperitivos del final en alto. Mañana, como mucho, final en las Tres Cimas de Lavaredo. Y gracias, porque si tuvieran que encarar algún descenso, con una sensación térmica muy inferior a 0, más de uno se podría quedar por el camino.

Se han evitado las imágenes del la Milán-San Remo y el bochorno de ver a más de la mitad del pelotón echando pie a tierra, o plantándose y subiendo a paso de burra, ocupando la carretera cuan ancha es, como en el Mont Cenis. Pero también nos han apagado la tele cuando venía lo mejor de la película, la temida y esperada, por ciclistas y aficionados, tercera semana del Giro.

La carrera empezó con Cavendish ganando al sprint y Sky arrasando en la CRE.  Hasta ahí lo previsto. Luego llegó Paolini y se llevó el doblete: etapa y maglia rossa en el Giro de su debut. Tiene 36 años. Para entonces ya habían empezado las rarezas, como ver a Ryder Hesjedal, dorsal número uno, atacando como si no hubiera mañana en un puerto de segunda.

Enrico Battaglin, ciclista en edad amateur del Bardiani, se llevaba una dura etapa de repechos de más de 240 kilómetros el mismo día que empezó a flaquear Bradley Wiggins, el gran favorito. 17 segundos perdió, un síntoma de lo que vendría después,  pero que en aquél momento quedó en una mera anécdota. Que si la caída le había pillado, que si fue un despiste.

Degenkolb ganó después en un no-sprint, que sucede cuando se caen todos los que van en cabeza menos uno, que es el que gana. En esta se cayeron todos menos dos, y Degenkolb, en prodigiosa remontada, un sprint de 700 metros, fulminó al  corredor del Bardiani que marchaba a por la segunda victoria consecutiva del equipo.

Cavendish volvió a ganar, pero al día siguiente llegó la debacle para el gran favorito. Un tiempo infernal hizo perder a Wiggins 3 minutos en Pescara, culpa de su miedo a los descensos sobre mojado, bajando peor que el más negado de los juveniles. Un calvario del que no iba a recomponerse y que iba a terminar con el gran favorito en casa antes de tiempo. Hansen ganó la etapa y suma una etapa en el Giro a su palmarés, junto con la Ster Elektrotoer, el campeonato de Australia contrarreloj y el Grand Prix Bradlo. Todo un salto cualitativo.

Source: cyclingquotes.com

Wiggins, que hasta ahora había sufrido, llegaba a la contrarreloj de 55 kilómetros con la intención de recuperar el tiempo perdido y dar un golpe a la general. En su plan estaba cimentar su victoria final en estos 55 kilómetros. No solo no machacó a sus rivales, sino que ni siquiera ganó la etapa. Un pinchazo y la actuación de su compatriota Alex Dowsett, ciclista hemofílico que lejos de las islas británicas solo había ganado el Tour de Poitou-Charentes, le amargaron el día. El de MoviStar, ciclista de pista, brilló como nunca en una contrarreloj de 55 kilómetros y muy dura, incluso con un repecho final con porcentajes de dobles dígitos.
Nuevo diluvio universal el día siguiente, etapa para Belkov y batacazo para Ryder Hesjedal, dorsal 1 y uno de los favoritos, que se descolgó en un puerto de tercera  y mostró unas flaquezas queen días posteriores, con puertos de más entidad, iban a terminar por mandarle a casa.

Fuente: esciclismo.com

Cuando parecía que el Sky cogía el toro por los cuernos, dominando el pelotón como han hecho en estos 2 últimos años, poniendo su ritmo machacón fue Urán el que saltó a por la victoria en Altopiano di Montasio. Las máscaras volaron y la verdad empezó a salir a la luz. Wiggins no estaba y el líder era otro.

En Vajont la etapa se la jugaron Navardauskas y Oss, compañeros de grupeta, de esos que tardan 30 minutos más que el vencedor en las etapas de alta montaña. El lituano algo más capaz con la carretera hacia arriba y se impuso al rockero italiano. Volvería a ganar, o eso  pensó él, en Vicenza, dónde no se enteró de que Visconti andaba por delante y alzó los brazos al ganar el sprint con una prodigiosa arrancada. Otro ciclista de prodigiosa fuerza, el melenudo Betancur, había hecho lo propio cuando ganó Hansen días antes. Y Pozzato también hace un par de meses en la Roma Máxima.

Otras dos victorias para Cavendish antes de encarar el rocanrol final, la segunda de ellas para bajarla de Youtube y guardarla en la carpeta de “mejores sprints”:

En Bardonechia ganó Santanbrogio, exgregario de Evans al que metió bastante tiempo junto con Nibali, que le cedió la victoria en ese absurdo gesto que parece definir a grandes campeones.

El día después tocaba la mítica subida al Galibier, por primer vez en el Giro. Y si sigue siendo mítica, desde luego no será por la etapa que ganó Giovanni Visconti. Escalador por un día, fue el más fuerte de una fuga plagada de escaladores y el pelotón apenas le recortó tiempo, aunque a pie de puerto solo tenía 2 minutos y medio. El hecho es que el pelotón decidió tomarse con calma los  más de 50 kilómetros de etapa y la misma, ya corta de por sí, quedó en casi un espuerzo de sprint para arriba donde ni si hicieron diferencias ni fueron capaces de coger al renacido italiano. El final estaba situado 4 kilómetros más abajo de lo previsto, a la par de la estatua dedicada a Pantani.

Visconti en las rampas del Galibier.
Fuente: EFE

Para seguir con las rarezas Intxausti ganó un sprint a tres a los gregarios Niemec y Kangert. Una etapa preciosa de ciclismo, con 240 kilómetros de recorrido. Un puerto de segunda eliminó a Santambrogio y dejó un grupo de 20 con lo más selecto del pelotón para jugarse la etapa. Los gregarios, libres por un día, buscaron su gloria y en un grupo donde también iba Gesink y que tuvo una avería, el vasco logró su primera victoria profesional con un sprint inteligente que casi fastidia por mirar repetidamente hacia atrás.

Para completar el triplete de Movistar, Visconti volvió a ganar en una etapa similar a la anterior, con otro puerto, esta vez menos duro (hasta Cavendish se emperró en intentar llegar con los de cabeza) en el que atacó y sacó 30 segundos de diferencia. Vista la experiencia del día anterior, donde los ataques subiendo y bajando no sirvieron de nada y los cortes se hicieron en el llano, nadie quiso hacer nada ante la situación que provocó el italiano. Una vez abajo, ataques y más ataques, pero ningún equipo se organizó para dar caza a Visconti. Navardauskas fue segundo y pese a ello levantó los brazos.

Y la última jornada disputada hasta ahora, una cronoescalada o contrarreloj con subida más bien,Nibali arrasó y arrebató la victoria a Samuel Sánchez. El Giro se le va a quedar corto al asturiano. Debacle para Evans que casi fue doblado por Nibali, y eso que salió 3 minutos antes, Santanbrogio continuó con su hundimiento y Betancur y Majca, los mejores jóvenes, siguieron peleándose en una igualadísima disputa que por desgracia, como el resto de luchas que quedaban en este Giro, han sido cercenadas por el mal tiempo.

Esta será la última semana del Giro.

Ya por la noche de ayer se supo que no subirían el Gavia ni el Stelvio. Y hoy hemos sabido que mañana tampoco se subirán Costalunga, San Pellegrino ni Giau. De la terrible última semana del Giro de siempre quedará una etapa con final en alto, en Lavaredo, al más puro estilo de la Vuelta a España.

Para rematar, positivo de Di Luca. Por EPO, la gasolina que hizo volar a los ciclistas de una época que debiera quedar enterrada, pero la rabia no muere porque el perro sigue vivo. A sus 37 años volvió el 27 de abril y fue cazado el 29 del mismo mes. Y nunca más volveremos a verlo encima de una bicicleta, aunque nos hayamos pegado el gustazo de verlo estas 3 semanas. El muy cretino nos la ha vuelto a jugar.

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